La tercera jornada de la Liga de Campeones nos ha dejado un resultado muchísimo más destacado que cualquier otro. La paliza, el soberano repaso del Arsenal sobre el Slavia de Praga evidencia que el conjunto londinense es en estos momentos el que mejor fútbol practica en el Viejo Continente. El 7-0 frente a los chechos no es más que la confirmación de un inicio de los de Arsène Wenger trepidante, no sólo en la Champions League sino en el campeonato doméstico, donde encabezan la clasificación.
Y todo ello en la temporada del cambio. En la nueva etapa en el Emirates Stadium. En el recuerdo queda aquel equipazo formado entre otros por Campbell, Vieira, Pires, Wiltord, Ljiunberg o Henry, la última estrella en hacer las maletas. Por suerte, e inesperadamente, no se echa en falta el talento de Titi. Cesc Fàbregas, un chaval de aquí, se ha convertido en el nuevo icono, en el estandarte del nuevo Arsenal, en el camino a seguir de un equipo muy joven pero que se pasea por Europa sin tapujos, gustándose y por ende gustando.