El Madrid palmó en Valladolid y con ello el barcelonismo se frota las manos. La Liga, damas y caballeros, depende sólo del Barcelona. También del Atlético, cuya carrera de fondo para alcanzarla es encomiable pero que, llegados a este punto, se le ha complicado un pelín la cosa. Sea como fuere, es descojonante que de un día para otro se pase de la mutilación a la euforia. El Barça tiene a huevo conquistar un campeonato en el que probablemente no haya sido el mejor, pero eso no quita el mérito de lograrlo con 91 puntos y después de una temporada demasiado extraña. Los que mataban al Barça tras su tropiezo en Valladolid, los que echaban al Tata tras caer ante el Granada, los que descuartizaron al equipo tras descarrilar ante el Getafe… esos mismos, sí: ahora quieren la Liga. Leo y escucho que la Liga se decidirá en el Camp Nou, en la última jornada. Y se obvia que este finde el Barça se desplaza al Martínez Valero para enfrentarse a un Elche al que le va la vida. En el partido de la primera vuelta cayeron goleados. El domingo será otra historia. Pero es lo que tiene que el Madrid palmara en Valladolid. ¡Viva la Pepa! ¡Nos han regalado la Liga! Otra cosa es que este Barça la acepte. Y para ello, antes de todo, debe ganar al Elche. Si la gana finalmente el Barcelona, cosa que todavía está por ver, habrá que ir, cámara en mano, para ver a todos aquellos que lo han puesto a parir cubriendo la celebración en Canaletas bandera culé en mano. Pero vaya, aún queda el Elche. Que no es poco.
Montaje vía | kantinu