Eso es lo que parece si leemos la prensa hoy, o cualquier blog, o cualquier medio de información que habla del Chelsea-Barça, un partido que decidió un solitario gol(azo) de Didier Drogba. En Madrid ya lanzan las campanas al vuelo: Mijatovic dice que el Real Madrid es favorito para el derbi. Ganar al Steaua de Bucarest ha servido para que, con la derrota del Barça, la alegría y la ilusión regresen a la Casa Blanca, donde parecen engañarse tras ganar a un conjunto de calidad media.
Lo que parece que nadie se ha parado a pensar es que el Barcelona perdió ante el que es, posiblemente, el único equipo que le puede plantar cara esta temporada: de los pocos que pueden estar al mismo nivel que el de los culés. Que no perdió bochornosamente ante el Getafe, no: lo hizo ante el Chelsea, un equipo plagado de grandes estrellas que, como sucedió ayer, brillan para dejar claro que la Champions League tiene magia y no siempre ganan los mismos. ¡Y que está en la primera fase! Que lo de ayer sólo fue un avance de lo que nos espera, y que lo mejor todavía está por llegar.
Dicen que el Barça se complica la clasificación. Yo opino que no. Es más, los que hoy dicen eso mañana, cuando vuelva a ganar al Levski, al Werder y al Chelsea, dirán que la derrota en Stamford Bridge simplemente fue un desliz en una semana complicada por medirse a tres cocos como Sevilla, los londinenses y Real Madrid. El Barça no hizo un buen partido, ya, pero el rival era el Chelsea, la competición era la Champions League y el camino no ha hecho más que empezar. No nos engañemos, que quizá el domingo renazca.
Duda del día:
- ¿Por qué ahora echan de menos a Eto’o si después de ganar al Sevilla nadie se acordó del él?