El Barça encontró este verano un inesperado sustituto a Maxi López, que por fin decidió irse a demostrar que vale como futbolista a Mallorca. Comienza con el rubio delantero un camino que se parece al de su compatriota y hoy sustituto en la plantilla Javier Saviola. Ha estado cedido, desde que llegó Frank Rijkaard al banquillo, a Mónaco y Sevilla, y ahora, cuando le queda una temporada de contrato, no hay quien lo mueva de Can Barça. Muchos dicen, y quizá no vayan mal encaminados, que prefiere su salario millonario y la posibilidad de ganar títulos a crecer como futbolista en cualquier otro club donde dispondría de más ocasiones y con un técnico que creería en sus posibilidades.
Rijkaard dice que Saviola es uno más, pero en realidad no se lo cree ni él. En invierno se hará todo lo posible porque el Conejo encuentre destino, aunque está complicado si sigue en sus trece. Con todo, el míster barcelonista ya le dejó fuera de la primera convocatoria liguera contra el Celta de Vigo, y se vislumbra que no será la única. Saviola sería titular en cualquier otro club, pero no encaja en el perfil de jugador que necesita Frank.
Esta noche, Saviola, tiene su oportunidad. Plagado de futbolistas del filial, el Barça se mide al Espanyol en la final de la Copa Catalunya. Igual que Maxi López la pasada temporada, el menudo atacante deberá demostrar en este tipo de partidos que sus detractores se equivocan y que más que nunca puede vestir la elástica blaugrana, y que con ella puede llegar a volver a triunfar. Es muy complicado, o si no que se lo pregunten a la Gashina.
