Un Betis sumido en una profunda crisis fue la llave de la puerta al triunfo del Real Madrid en el Ruiz de Lopera. Luxemburgo se la jugaba, y pudo salir airoso y con los tres puntos bajo el brazo gracias, en parte, a ‘su’ Robinho, que de nuevo, y tras mucho tiempo, dejó algún que otro destello y anotó el primer tanto ante un Betis deprimido que aburre y hace llorar a sus aficionados. Mejía tuvo tiempo de reivindicarse marcando el segundo justo después de sustituir a Diogo. Pero lo cierto, y por muy líder que sea momentáneamente, es que la cara de anoche del Real Madrid no fue del todo placentera, si bien el rival está en horas muy bajas (recuerden que a las 03:00 serán las 02:00) y apenas inquietó la portería de un espectador de lujo llamado Casillas.
Mientras, justo cuando terminaba el duelo en Sevilla se iniciaba otro partido muy distinto pero a la vez muy parecido en La Catedral, ya que al igual que Vanderlei, Mendilibar podía quedarse sin cargo si no lograba la victoria ante el Celta. Y no la logró. Sólo un triste empate a uno que le deja coqueteando con el paro, ya que una jornada más y pase lo que pase este domingo, los ‘leones’ seguirán siendo el farolillo rojo de Primera. Un farolillo que podría cambiar de color si el club vasco toma alguna que otra decisión.
Ronaldinho se pone las botas
El ’10’ del Barça, que cumplió 100 partidos el miércoles ante el Málaga marcando un gol, recibió de la mano de Nike sus preciadas botas de oro, con las que las que, por arte de magia, todos sus disparos a la portería del Mini Estadi van a parar al larguero, para regresar después a sus botas. Después hace de las suyas con el esférico para acabar bailando samba con sus Tiempo Legend. No te lo pierdas.
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Julen, el periodista
Navegando por la red he encontrado la ‘otra’ cara de de Julen Guerrero, ese jugador que maravilló en el inicio de su trayectoria como futbolista en el Athletic, que despuntó y llegó a la Selección, y que con ella disputó dos Mundiales, el de Estados Unidos en el 94 y el de Francia cuatro años después. Su carrera, incompresiblemente se vino abajo con el paso del tiempo y de la escasa ayuda de sus respectivos técnicos, que nunca más volvieron a confiar en él. Ahora, a falta de fútbol y de minutos que le puedan hacer renacer, y esperando que su Athletic se levante, también se dedica a su otra pasión: el periodismo.