La revolución (aún) no evoluciona

Después de las primeras jornadas, en las que el Real Madrid se situó en la cabeza de la clasificación, muchos eran los que lanzaban las campanas al vuelo respecto al resurgimiento blanco tras dos años de sequía. Pese a que Vanderlei Luxemburgo insiste y persiste en asegurar que ganarán la Liga, la realidad es que el conjunto blanco en las últimas jornadas no está dando la talla. Quizá sea la ausencia de Ronaldo, pero eso no puede ser excusa para un equipo que presume de tener una de las mejores plantillas del mundo y que debería sobreponerse a cualquier baja de última hora. Para reemplazar al ‘9’ blanco estaba Robinho, el ’10’, y el estandarte del nuevo Real Madrid de Florentino, el de la renovación. Pero tras un debut esperanzador en Cádiz, dónde disputó 25 minutos y se bastó para cambiarle la cara al partido y al resultado final él solito, su estrella se ha ido apagando, y consigo se ha ido la ilusión de muchos madridistas, que ya ven en él otro caso Denilson, en lugar del heredero de Pelé que aseguraban en su país que era.
Aunque si algo tiene de bueno (o malo, según se mire) es que cada tres días hay un partido, y es ahí, en cualquiera de ellos, y en cualquier minuto, dónde Robinho y el Real Madrid pueden despejar dudas, y dejar entrever si lo que está ocurriendo ahora es una pequeña crisis pasajera o es el reflejo de lo que sucederá durante el resto de la temporada.