| ARTÍCULO ESCRITO ORIGINALMENTE PARA NOTAS DE FÚTBOL [VER]
Este martes Pep Guardiola toma las riendas del Barcelona, en el que después del ascenso logrado por el filial, le supone el reto de mayor envergadura con el que se ha topado su corta pero hasta la fecha exitosa trayectoria como entrenador. Una de las decisiones que debe tomar el de Santpedor es el tema de las altas y las bajas. Hay algunas salidas confirmadas, como la de los jugadores que finalizan contrato (Edmílson, Thuram, Ezquerro…), otras cantadas, como las de Deco o Ronaldinho, y otras, como la de Samuel Eto’o que se mantienen en interrogante a pesar de que su marcha también se contempla.
¿Hay que vender al camerunés? Esa es la gran pregunta que se plantea el barcelonismo. A su favor, el indudable gran rendimiento en todo el tiempo que ha defendido los colores del Barcelona. En su contra, un carácter indómito con el que seguramente no sería el ariete que es, pero que perjudica gravemente a la entidad por sus habituales rajadas que suelen coincidir con los momentos más inoportunos.
La prensa catalana ha plasmado una lista de los delanteros que podrían ocupar la vacante de Eto’o, por el que además Txiki Begiristiain y sus ‘habilidades’ a la hora de negociar ‘sólo’ sacaría unos 25-30 millones de euros. Se habla de Villa, por el que el Valencia pide 40 ‘kilos’, de Trezeguet, que a sus casi 31 años costaría 20. Se habló de Benzema, por el que su presidente reclama 40 solamente por su oreja. Luego hay otros como Adebayor, Mario Gómez, Berbatov o Pavlyuchenko que a pesar de su buena temporada no creo que futbolísticamente superen el potencial del todavía ‘9’ blaugrana.
He ahí el quid de la cuestión. Una disyuntiva difícil de resolver. ¿Sus goles o su personalidad? ¿Qué pesa más? Particularmente vería viable su traspaso siempre y cuando por el mismo se obtuviese una cantidad de dinero con la que poder invertir en nuevas alternativas atacantes. Es decir, no le veo sentido si se vende por 30 millones y luego llega cualquier otro en su lugar por 40. Que siga es arriesgado, porque puede garantizar goles pero también polémica innecesaria. El dilema lo resolverá en breve Guardiola. ¿Vale la pena traspasar a Eto’o?