Esa es la cuestión. España puede enterrar definitivamente sus opciones de ser uno más en Austria o Suiza o puede hacer renacer las posibilidades de estar entre los elegidos. Para ello no tiene otra cosa que hacer que vencer a Dinamarca. Un mar de dudas planean sobre este partido, sobre cómo lo va a plantear Luis Aragonés, pero eso no es nuevo. Nuestro combinado siempre es una incógnita. Pero por una vez toca despejarla y demostrar, más tarde que temprano, que podemos estar ahí. Nuestra selección hace tiempo que pisa sobre arenas movedizas. Es el momento de salir de ellas o de hundirse para siempre.